sábado, 1 de septiembre de 2012

Busco a María José Rodríguez Saez

Sí, te busco. Te busco porque sigo soñando contigo. Han pasado casi siete años desde que te ví por última vez, desde que hablamos por última vez. Desde que te prometí no volver a molestarte con mis sentimentalismos, mis frases melodramáticas, los hechos que ocurrían en mi vida privada, mis comentarios a destiempo, mal calibrados, sin cálculo racional, mis opiniones acerca de nada.
Te he echado de menos hasta retorcerme, y he llegado a odiarte en algún momento, y aún más me he odiado a mí mismo por no ser la clase de persona que podría llegar a interesarte, o por no tener su aspecto. Estoy de acuerdo en que este tipo de cosas no son sanas, pero no creo estar haciendo nada por alimentar mi estado. HAN PASADO CASI SIETE AÑOS Y SIGO SOÑANDO CONTIGO. ¿Qué puedo hacer al respecto? ¿Cómo puede uno modificar sus sueños? A veces quisiera olvidar todo lo referente a ti, pero eso no dura mucho, porque lo que llegué a sentir por ti ha sido, simple y llanamente, lo mejor que nunca he sentido, el mejor sentimiento que nunca ha albergado esta cabeza, este corazón, este alma.
Recuerdo las genuínas ganas de ser mejor sólo por y para ti. Me sentía tan motivado que me parecía que todo era posible. Después llegó la realidad, claro, y el choque frontal no una, sino dos veces contra ella. Acabé hecho polvo. No tenía ganas de nada. Y yo me lo busqué, claro, por depositar todo mi amor en un sitio equivocado. No digo que no fueras genial, estoy seguro de que lo eres. Sólo digo que seguramente usé tu envoltorio para inventarme a la persona que había dentro, y me enamoré de aquella invención, que como invención mía era perfecta.
¿Cuántas veces nos vimos, en total? ¿Llegaron a ser una docena? Desde aquella fiesta en casa de Isaac, en Nueva Sevilla, hasta el Jackson de la calle Relator. Todos esos momentos tienen una pequeña batería de recuerdos que te conforman, como un puzle de ti. Tengo tu metro setenta y siete de altura, tu predilección por el calzado bajo, tu pelo negro, tu voz grave, tu piel morena, tu nariz, tus labios, tus dientes que a veces sobresalían, tus ojos enormes, tu expresión soñadora, el kilo que decías te sobraba, las chapas de tu chaqueta vaquera, tus aptitudes como nadadora, tu pantaloncitos para correr, la camiseta de los Beatles que te regalé, los grupos indies que te gustaban, tu vaso con granadina, tus bailes locos, que me encantaban, en los pubs de Granada o en la feria de Úbeda, tu expresión severa cuando te dije que me había enamorado de ti, nuestras charlas por teléfono (el único ámbito donde me parecía que funcionábamos), los chicos que te gustaban (no me parecía a ninguno), un concierto de Alan Parsons Project, tus resacas bebiendo agua, tus amigas, mis amigos, un par de trayectos en coche, unas lentejas que estaban (lo siento) horribles, una pizza vegetal a medias en un restaurante de tu pueblo, poco antes de hacerte la pregunta que tenía que hacerte, que tanto te incomodó y que me dejó, desde entonces, literalmente, por los cerros de Úbeda.
Recuerdo que te pregunté si alguna vez te había llegado a gustar, y tú me dijiste que habías llegado a dudarlo, pero que creías que no. No, creías que no.
Yo cerré los ojos un rato más de lo necesario, porque me esforzaba por asimilar algo que aunque ya sospechaba no dejaba de ser doloroso. Cuando abrí los ojos el campo seguía allí, a lo lejos. No se había hecho añicos como yo. Tú tenías prisa por encontrarte con tus amigas, comprensiblemente, e ir a algún sitio. Yo pretexté un sueño ingobernable y me fui a la habitación de mi hostal, para alivio tuyo.
Algo no te convencía, y le pediste a tu amiga Bea que fuera a echar un vistazo. Me encontró vivo, claro.
Aquella noche llegué tarde a la feria, y es que me costó lo mío levantarme de la cama donde esa tarde me había terminado de romper. Me costó horrores, ¿sabe usted?
No quiero que pienses que te odio. Es justamente lo contrario. Y eso es precisamente lo que no termino de entender, ¿sabes? Creo que hay una cosa por ahí fuera, en el mundo, que se llama amor propio, u orgullo, o algo parecido, y por algún motivo en el reparto a mí no me llegó suficiente. Oh, sí, prometí no volver a molestarte con mis tonterías, pero, ¿no debería haber pasado ya página? ¿Puede alguien explicarme por qué esta misma noche he soñado que me encontraba contigo en un país extranjero, en la redacción de un periódico, y de repente todo parecía estar bien, había química entre nosotros y yo me ilusionaba de nuevo?
¿Cuánto tiempo debe pasar para que alguien olvide a alguien que nunca mostró interés por el primer alguien? ¿Por qué cuando suena el despertador sigo en la cama invocándote para que el sueño continúe en vez de despertar sin ti? ¿Por qué cuando ocurre esto me pongo a llorar todavía? ¿No son suficientes siete años?
Eh, no soy un psicópata. Lo he intentado. Conocí a una chica, me fui a vivir con ella varios años, luego rompimos. Conocí a otra, y tampoco ha podido ser. Me he ilusionado de nuevo, me gustan las chicas, se me van los ojos. Pero no puedo olvidarte. No puedo, no sé por qué, pero no lo consigo.
Muchas veces he pensado que es porque el contacto cesó de pronto. Que si hubiera sabido algo de ti aunque fuera de un modo intermitente habría digerido mejor tu presencia en mi cabeza, que esa presencia se habría modificado con la nueva información: María José se ha ido a vivir con un chico a nosedonde, María José está trabajando en un despacho en Bruselas, María José está embarazada, María José es madre de gemelos, se ha cortado el pelo, ha engordado, está triste por algo, es muy feliz junto a, estudia para conseguir aquello, tiene pensado ir a lo otro, ahora está interesada en, se encuentra un poco pachucha por. Pero es que no sé si estás viva o muerta, y en mi cabeza estás interminablemente guapa, soltera e inalcanzable. Para siempre.
¿Lo entiendes? Necesito saber algo de ti. No necesito ni siquiera un encuentro, ni una charla por teléfono. Un correo sería suficiente. Una foto sería un regalo. Aunque un encuentro sería lo mejor. Nunca pude expresarme bien contigo, porque la timidez me vencía, pero quisiera poder hacerte entender lo que fuiste para mí, lo que eres, lo que serás siempre, pero sobre todo me gustaría poder integrarte en mi vida de un modo diferente, asimilarte con tus diferencias adquiridas, con tu nueva situación, tu realidad actual. Y cambiar así la mía, porque parece que no puedo cambiar. Necesito desenamorarme de ti, María José, de una forma efectiva. Conocer a la verdadera María José, no la que vive en mis sueños, para que la sustituya, y yo pueda soñar otras cosas.
Comprendo que esto no te interese, que receles de mis intenciones, que te parezca una responsabilidad injusta, y tienes razón en todo; al fin y al cabo, nunca te resulté interesante, nadie puede asegurar que al verte no me enamore más locamente de ti e intente darte la brasa otra vez, y nadie es responsable de lo que yo sueñe o deje de soñar. Pero recuerdo a una chica con un alto sentido de lo que está bien y lo que está mal, que era capaz de preocuparse un poco por alguien que decía amarla. Siento el chantaje emocional, pero tengo que intentarlo con todo lo que pueda, ¿no?
Bueno, ya está bien por hoy. Voy a dejar aquí abajo un enlace a un blog que tiene mis datos, por si ves esto y te he convencido de algo. Espero que así sea.
http://mariajoserodriguezsaez.blogspot.com.es/
Y espero que no te moleste que haya usado tu nombre. Me pareció lo más fácil.

jueves, 2 de agosto de 2012

Esta noche he vuelto a soñar ¿contigo?

Estaba yo con mi prima Ana y su novio Germán en la mesa de un restaurante, en un sitio como de mar, quizá Málaga, no sé. Hablaríamos de cosas normales en los sueños, supongo. Apuesto a que Germán se metía conmigo por algo relacionado con la música que me gusta, que le parece desfasada (y tiene mucha razón).
En un momento dado mi prima interrumpía la conversación para decirme que creía haber visto a una conocida mía. Yo le preguntaba quién, y ella encontraba cierta dificultad para hacerme recordar alguna anécdota ocurrida en su presencia, algún encuentro casual entre los tres. Cuando finalmente lo recordé, e identifiqué a la chica, caí en la cuenta de que era alguien muy próximo a María José. Entonces le pregunté cuándo la había visto, y ella me respondió que hacía un momento, paseando detrás mío, pues yo estaba de espaldas a la calle. Pregunté entonces si la había visto acompañada, y mi pobre prima respondió que la acompañaba una chica alta y morena.
Me levanté de inmediato y conseguí entonar un "ahora vengo" mientras Ana señalaba con el dedo la dirección y me miraba descompuesta al ver mis prisas. Corrí, mucho. Miraba a un lado y a otro, por si te veía parada en algún escaparate, sentada en un velador, en el interior de alguna tienda. Te confundí con al menos dos chicas. Llegué a la puerta de un hotel, al fondo de un callejón sin salida (¡qué apropiado, no?).
Llamé por teléfono a Ana, para que me diera detalles de tu ropa o de la de tu amiga.
Ahí acabó todo. Me desperté como en tantos otros sueños, con el fastidio de no disponer de un poco más de tiempo para saber de ti. Aunque sólo fuera verte. A veces me cuesta recomponer tu cara. Tengo detalles concretos de tus ojos o tu mandíbula, pero ya no soy capaz de verte en una foto mental al completo. Mi prima Ana, a todo esto, jamás a conocido a ninguna de tus amigas, por lo menos sabiendo que lo era; ni a ti, claro. Soy yo el que lo embrolla todo en mi cabeza, que es incapaz de aceptar el olvido.

lunes, 18 de junio de 2012

The Who?

¿Es The Who la banda más cojonuda de la Gran Bretaña?
Posiblemente. En una entrevista a Brian May, de Queen, realizada hace unos años, declaraba el señor de los rizos ya blancos que su modelo, al menos para lo que es la presentación en directo, eran los Who de marras.
Porque no es que fueran los más intensos de todos, pero sí que fueron los primeros realmente intensos; esa intensidad era algo que convenía mucho a Queen, auténticos magos de las posibilidades del estudio que tenían que apañárselas lo mejor que podían con la técnica disponible en su momento para llevar toda esa complejidad al directo. La solución era conseguir el impacto visceral de los Who, esa sensación de peligro que Pete Townshend conseguía imprimir a cada molinillo que ejecutaba con el brazo, cada salto, cada coro gritado hasta desgañitarse, que Daltrey sacaba a pasear obsesivamente en círculos, que Moon mandaba a tomar por culo con su patada final al su kit de batería. Y lo consiguieron, claro que sí.
Además de esa intensidad rayana en lo zeppeliniano, eran cuatro excelentes cantantes (ahí confieso mi envidia total: John Deacon no entonaba ni a la de tres) y tenían en Pete a un compositor clave en el devenir del Brit Rock, que igual influenció a Queen que a los Sex Pistols. Eso no puede decirlo cualquiera...

Genesis

Genesis es para mí un descubrimiento algo tardío. Por supuesto conocía el vídeo de "Land Of Confusion", que me atormentaba con su temática apocalíptica, aunque ahora lo encuentro bastante cachondo...
Cuando me enteré de que al parecer habían sido uno de los puntales del rock progresivo de los setenta y de que Peter Gabriel (otro habitual de mi infancia televisiva, qué colorines!) flipé bastante, y tuve que investigar... y tanto investigué que, hoy por hoy, han superado en mis preferencias a otras bandas que llegué a considerar insuperables en su momento en el terreno de lo sinfónico: Pink Floyd, Yes o King Crimson.
Y cuando pude comprobar lo buen batería que fue el plomizo de Phil Collins en sus años mozos y no tan mozos... hoy en día llevo los toms sin parche debajo debido a que Collins y Roger Taylor de Queen en algún momento los llevaban así... ¡adoro ese sonido penetrante, directo y setentero de mis toms, coño!
También tengo que decir que el aspecto bucólico y pastoral de la banda, con toda su carga melancólica, flautas, guitarras acústicas de doce cuerdas y coros lánguidos o excéntricos según el caso conforman una de las discografías más especiales de la Historia, y que la etapa sin Gabriel, al menos en sus comienzos, no tuvo nada que envidiar a monstruos como "Nursey Crime" o "The Lamb Lies Down On Broadway", y que los discos más recientes, hasta con Ray Wilson, mantienen un nivel notable y contienen temazos del calibre de "Mama", "Tonight...", "Fading Lights" o "The Dividing Line".
Vamos, una completa gozada.

Led Zeppelin

Led Zeppelin es algo así como la banda más quintaesencialmente genial de la historia del Rock. Confieso que más de una vez he dudado de si eran Queen o ellos mis favoritos, pues es tal el grado de maestría que desplegaron en cada uno de sus discos, y la intensidad de sus conciertos, que es para pensárselo en serio. Tal vez nunca un grupo ha tenido un cúmulo de virtudes tan completo como el que tuvo la banda de Jimmy Page y Robert Plant, pero bueno, esto de los fanatismos es algo difícil de explicar...

Queen

Por si no os habéis dado cuenta, Queen es la banda de mi vida, la que hizo que me comprara una batería con el primer sueldo que gané. Amo a estos cuatro babyboomers por encima de casi cualquier cosa en el planeta. Por tanto, aviso para navegantes: todo aquel que tenga la ocurrencia de poner a parir a la mejor banda de la historia del Rock tendrá que vérselas conmigo...

Yo soy la Morse


¿Es Steve o Neal Morse? 


Desde que Dream Theater decidieron prescindir de los servicios de Mike Portnoy a la batería, la curiosidad generalizada por cada movimiento del rompeparches más emblemático del metal progresivo ha hecho que sus variopintos proyectos tengan una repercusión quizá mayor que la que antes tenían cuando aún estaba en la banda que creó junto a sus colegas en Nueva York, hace ya más de un cuarto de siglo.
Así, la recuperación de la superbanda Transatlantic puede entenderse como un intento de permanecer en la cresta de la ola, tras un dilatado lapsus sin editar material nuevo.
Su colaboración con los heavies Avenged Sevenfold ha sido otro de los caprichos, y más recientemente ha creado otra banda de tintes muy duros junto con el excelente vocalista de Symphony X, Russell Allen, llamada Lynch Mob (mirad su versión del "Mob Rules" de Black Sabbath; es la leche).
Quizá para compensar tanta dureza ha formado con otros ilustres musicazos y un chavalín un tanto anónimo otra banda, más centrada en componer una especie de pop progresivo, con canciones llenas de matices exquisitos pero también accesibles para una audiencia más, digamos, FM. Se llaman Flying Colors.
Los compañeros de Portnoy para esta nueva aventura son tres históricos del rollo más técnico o progresivo de los últimos treinta años y ese chico, llamado Casey McPherson, que tiene una voz encantadora, un poco a medio camino entre los cantantes de Muse y Coldplay, que se encarga en mi opinión de tender puentes hacia un planteamiento más actual de la música creativa y comercial al mismo tiempo.
Los otros tipos son Dave La Rue, bajista de un gusto notable, que se las apaña para dejar claro su talento sin interferir en la labor de los demás (lo que debe hacer un bajista, coño!), y dos nombres de altura: Steve y Neal Morse, que, por si las dudas, no son hermanos.
Steve tiene un currículo impresionante: aparte de artista en solitario, ha sido guitarrista de los increíbles Dixie Dregs (donde también estuvo La Rue, creo), de los Kansas de los ochenta y actualmente no tiene casi nada mejor que hacer que ser el hacha de Deep Purple, nada más y nada menos, donde continúa dando señas de su excelente digitación.
Neal, por su parte, también es artista en solitario, y es más conocido por haber sido el cantante de la primera época de Spock`s Beard (ahora sin el pobre Nick De Virgilio, en el Circo Del Sol), y también miembro de Transatlantic, junto con Portnoy y otros dos nombres fuertes, de Marillion y The Flower Kings.
Juntos conforman un disco que requiere de varias escuchas para ser degustado correctamente, con temas que van desde una concepción del progresivo que los emparenta con Supertramp, con desarrollos que dejan a las claras las credenciales de sus miembros, partes que recuerdan a los Yes más místicos y otras que hacen mover el culo a ritmo de jazz rock marchoso hasta alguna canción de neto hard rock para que Portnoy ponga esas caras de simio que tanto hacen disfrutar a sus fans.
http://flyingcolorsmusic.com/

Jon Hijo-De-Quién?

Cuando uno habla de una banda tan esencial para el rock progresivo como lo es Yes tiene la tentación, lógica por otra parte, de centrarse en sus años de máximo esplendor, que resultan ser, cómo no, la sacrosanta década de los setenta.
También podría hablarse con mucho fundamento de su período ochentero, aquel en el que con Trevor Rabin a la guitarra y plantándole cara al castrado Jon Anderson impulsó a la banda hacia un territorio más afín al rock duro melódico y, de paso, su techo comercial con el increíble disco "90125".
Pero fue en la década anterior cuando Yes se codearon con la creme de la creme del rock británico: abarrotaron estadios, publicaron exitosos discos conceptuales dobles, directos triples repletos de lucimiento individual, fueron los primeros en utilizar rayos láser en directo (antes que Pink Floyd) o idearon imaginativos montajes escénicos, con la inestimable ayuda del enorme Roger Dean, en dura competencia con el estudio Hypgnosis.
Fueron teloneados por Queen cuando aún no habían llegado a lo más alto (ni Queen, por supuesto), y llegaron a equipararse a otros gigantes, como Jethro Tull, a los que anteriormente habían teloneado a su vez.
Técnicamente, con la excepción de la Mahavishnu Orchestra, más acorde con el movimiento del jazz rock, representaban el techo  de la escena británica de la época junto a Emerson, Lake & Palmer o Gentle Giant, aunque estos últimos nunca disfrutaron de las mieles del éxito en el modo que Yes lo hizo, y junto a los inevitables Pink Floyd serían la banda más popular del estilo.
Pero Floyd y ELP no son tan representativos de una época. Yes es la banda quintaesencial del rock progresivo si se piensa en sus constantes más evidentes (los citados álbumes conceptuales interminables, la técnica apabullante, las canciones de más de 20 minutos, las letras fantásticas o ininteligibles), por mucho que, desde hace ya muchos años, hayan progresado más bien poco (en ese aspecto tanto King Crimson como Van Der Graaf Generator les echan la pata).
Tenemos, por tanto, lo que su antiguo batería Bill Bruford llamó una "banda museo", algo por otra parte no necesariamente despectivo, sobre todo si pensamos en bandas como los Rolling Stones o AC/DC, que poco o nada ofrecen de nuevo en cada uno de sus tours mundiales.
Sin embargo, el aura de Yes no ha tenido la resistencia de unos Floyd o unos Genesis, y se ha visto debilitada por una incapacidad de conectar con una audiencia más joven al mismo tiempo que retener a todo el pureterío, que en su época los encumbró a lo más alto, pero que hoy ya no está para tanto trote sinfónico y quizá se contenta con escuchar el "Owner Of A Lonely Heart" mientras conduce.
Todo ello nos puede llevar a pensar que estamos ante una banda acabada, y en un sentido quizá sea así, pero lo cierto es que a día de hoy Yes, con todos los cambios de formación que ha tenido (otro causante de desapego tal vez), es perfectamente capaz de facturar un disco tan digno como "Fly From Here" y de hechizar a los asistentes  a sus galas en vivo, algo por otra parte natural cuando una banda cuenta con canciones como "Yours Is No Disgrace", "Roundabout", "Close To The Edge", "The Gates Of Delirium", "Awaken", "Don`t Kill The Whale", "Tempus Fugit" o la citada "Owner...".
Hoy en día ni siquiera tenemos al histórico Jon Anderson en la banda. Anda enfadado con su escudero Chris Squire, por querer salir de gira sin él. Fue sustituido por un tal Benoit David, cantante en una banda tributo a Yes descubierto por Internet (¿a que suena esto a Judas Priest?), que grabó el último y estupendo álbum. Ahora el puesto de cantante ha vuelto a verse afectado, y tenemos a un chico, de aspecto tan inocente como el Anderson de los setenta, llamado Jon Davison, que canta y toca el bajo en una banda con evidentes influencias de Yes llamada Glass Hammer. En el teclado tenemos a un viejo zorro, el ex-Yes y timón de Asia Geoff Downes, que sabe de sobra cómo construir partes de teclado engañosamente simples y siempre elegantes. Sólo estuvo en un disco de Yes, el infravalorado "Drama", pero su labor fue tan excelsa que resulta plenamente justificable su inclusión como miembro histórico de la banda.
En las labores de guitarra, bajo y batería tenemos a los fantásticos Steve Howe (uno de los mejores hachas de la historia del Rock, sin duda), el ya citado Squire y Alan White, respectivamente, que se encargan de dar validez al hecho de que lo que estamos viendo y escuchando es Yes y no el coño de la Bernarda...
Esta entrada no tiene otra intención que reivindicar no sólo el papel clave de Yes en su tiempo, sino la magnificencia que sobre las tablas estos tipos son capaces todavía de mostrar. No os dejéis engañar, Yes siguen siendo un espectáculo de primera fila, y el chico nuevo suena como los ángeles, es decir, como el añorado u olvidado según el caso Jon Anderson. Y si no me creéis, echad un vistazo al enlace que os dejo más abajo, bordando el "Wonderous Stories"...
http://www.youtube.com/watch?v=9h28ndXr1s0

miércoles, 30 de mayo de 2012

2012




A veces no hace falta que ocurra nada especial para acordarse de una banda tan cojonuda como Rush. Suficiente es haber escuchado alguna vez lo que estos tres son capaces de hacer para que ya no se te quiten de la cabeza sus dotes interpretativas, las atmósferas tan especiales que ofrecen o esos arreglos de auténtica locura.
Lo digo porque eso me pasó a mí. Corría la década de los noventa; el grunge campaba a sus anchas, Kurt Cobain aún vivía, The Prodigy estaban a la vuelta de la esquina y yo apenas escuchaba algo que no fuera Led Zeppelin, Queen, Metallica o los Beach Boys. Un amigo de un amigo me prestó un cassette con un concierto que se llamaba "All The World`s A Stage", y ya nada fue igual. Creo que aquella fue la primera ocasión en la que pude escuchar algo de rock progresivo en su vertiente más técnica: ya sabéis, Pink Floyd no jugaban a ese juego. Más tarde llegarían Yes, Dream Theater, Jethro Tull... y los propios Rush, que con cada año parecían ser más técnicos. Cuando le puse la zarpa encima a "Exit Stage Left" casi me cagué encima. ¡Ese"YYZ" con solo de batería extendido! ¡Esos títulos tan enigmáticos! ¡Esa conjunción! ¡Ese guitarrista! ¡Ese bajista-teclista-cantante!
Me fui haciendo con sus discos poco a poco, a veces en condiciones muy pobres. Recuerdo la emoción al poner "Signals" o "Hold Your Fire", e incluso "Presto", que es, por supuesto, un muy buen disco.
La cosa llegó a otro nivel cuando me compré el "Rush In Rio". Ver a esta banda con esa calidad de audio y vídeo realmente fue un regalo, no importa lo que me costara. Fue entonces cuando realmente se convirtieron en una referencia de primerísimo nivel para mí. Ya no dejarían nunca de serlo.
Adquirí otros discos, otros DVDs alucinantes. Me metí en las letras de Lee y sobre todo de Peart, y curioseé de lo lindo cuando me hice con este trasto con teclas en todos aquellos detalles que podía recordar.
El último disco que compré de ellos fue el maravilloso "Snakes & Arrows", que deja claro porqué Rush es un clásico a la altura de los Beatles, Led Zep, los Stones, Black Sabbath, Kiss, The Police o quien se os ocurra. No importa lo viejos que puedan estar. Hacer un disco así a sus años no está al alcance de muchos, y ya me gustaría ver a más de una banda progresiva actual manteniendo el tipo así dentro de treinta años, no sólo tocando, sino componiendo un material tan relevante como el que se encuentra ahí. No es que sea material fresco, es algo más relacionado con el buen hacer, con la maestría adquirida con los años.
Ahora van a sacar un nuevo disco, conceptual y todo parece, que se llamará "Clockwork Angels", y apuesto un brazo a que va a estar tan bien como siempre. La Sagrada Trinidad de Toronto nunca defrauda.
¿Y a qué ha venido esto? Pues a que me he dado cuenta de que ¡ya sólo faltan cien años para llegar al 2112!
http://www.rush.com/clockworkangelstour.php

lunes, 28 de mayo de 2012

Rediscovery

En un alarde de locura sin precedentes en mí tuve la idea de gastarme doscientos eurazos en la FNAC de Sevilla de un tirón. El que me conoce sabe que tengo un problema, al menos: compro discos originales; cada vez que paso por la Avenida de la Constitución una extraña fuerza magnética, de la que Newton no tuvo nunca noticia, se apodera de mi cuerpo y me conduce hasta la segunda planta de un edificio con fotografías de Atín Aya u otros en su fachada. Normalmente la cosa se salda con un disquito de oferta, de seis a diez euros, de los que se ofrecen en las estanterías destacadas. Contento como un auténtico idiota sin remedio, enfilo el paso a mi coche, satisfecho ya de mis gestiones en la capital. En mi vehículo abro el tesoro y lo sobo sin recato, soñando con el momento en que lo introduzca en el aparato correspondiente, y, entonces...
En la ocasión de la que os hablaba al principio nada me decía que fuera a tener lugar una escena diferente. Pero, ¡oh futilidad!, lo vi. Claro, ya sabía que estaba al caer la reedición de toda la discografía en estudio de Pink Floyd: Lo que no sabía era que estaba toda en una caja, de nombre "Discovery".
Hasta entonces pensaba que vería algunas de estas reediciones de discos que aún no poseía y así completaría mi colección, uno a uno. Pero al ver lo diferentes que eran esas joyitas en cartón, similares a las ediciones originales en vinilo en su día, de los fríos discos compactos que se apilan entre las maquetas de El Perro De Nadie y los cinco discos de estudio de The Police, supe que eso no iba a ser así. No, yo tendría mi colección uniformada, con su sonido convenientemente remasterizado ayer por la tarde.
Y al ver la dichosa caja (¡dichosa, sí, sin ironías de ningún tipo!) una nueva idea comenzó a dar vueltas en mi cabeza: ¿Por qué gastarme doscientos cuarenta euros en catorce visitas a la FNAC, cuando podía desembolsar doscientos (ciento ochenta y cinco, con mi carné de socio) en una sola? Esta argumentación acabó por convencerme del todo. Tras unas últimas dudas (andaba por ahí también el "Achtung Baby" de U2 recién reeditado y a lo grande) me dirigí a la caja no sin cierta actividad sudorípara y con dificultades para tragar saliva, y adquirí la caja.
Describir la emoción que sentí al abrir este auténtico tesoro de la memoria cultural del siglo XX sería algo muy trillado. Ya se hicieron películas de Indiana Jones que hablaban de esto mismo, como también lo hizo "El oro de McKenna", "Piratas del caribe" o "Pozos de ambición". Son sensaciones no del todo sanas, o directamente enfermizas. También, en este caso, pueden ser muy gratificantes. Nótese que hablo del momento de abrir la caja. Porque lo que viene después, cuando tiras del lazo (¿púrpura!) que hace salir el librito de diseños de Storm Thorgerson, que sin dejar de ser una pollada constituye un documento requetemolón, y metes en su sitio correspondiente el "The Piper At The Gates Of Dawn" y le das al play, es absolutamente MARAVILLOSO.
Ya casi había olvidado el genio de Syd Barrett, la maldad contenida en la voz de Roger Waters, el especial lirismo de Rick Wright, la percusión siempre sabia de Nick Mason, la clase de David Gilmour... Ahora estoy con "A Sourceful Of Secrets", el único disco donde están los cinco, con Waters y Gilmour probando de qué están hechos, años antes de empezar a ver quién la tenía más grande. Deseando estoy descubrir "Ummagumma", escuchar "The Dark Side Of The Moon" en condiciones y no en mi guarrocasette TDK, adentrarme en "The Final Cut", darle otra oportunidad a "The Division Bell"...
Pero eso será dentro de mucho tiempo, porque una ingesta tan titánica requiere una digestión lenta, y sobre todo requiere de varias escuchas, como si fueran bocados, que lleven tan preciado alimento a los centros de nuestro ser, donde, tras los necesarios pasos, se convierta en parte indivisible de nuestro ADN. Como si no formara ya parte de nosotros, carajo.
¿Veis porqué hay que gastarse doscientos euros de vez en cuando?
http://www.pinkfloyd.com/music/discography.php

jueves, 24 de mayo de 2012

Achtung Girl




Bueno, bueno... Veinte años ya del Achtung Baby de U2...
En realidad los veinte años se cumplieron en 2011, pero como no compré esta reedición hasta hace poco no he hablado de ella antes. En cualquier caso, hablamos de música atemporal, así que las fechas aquí no son lo importante. Lo realmente importante es el contenido de este disco, que en 1991 dejó alucinado a medio mundo.
Para mí, la época realmente interesante de U2 comienza con este álbum. No es que me parezca que "The Joshua Tree" sea un mal disco ni mucho menos, de hecho me parece un puto clásico, pero sí es verdad que la primera mitad del disco me funciona mucho mejor que la segunda, o que "The Unforgettable Fire", de la misma época (sónicamente hablando), me gusta más en conjunto. Tampoco me disgusta la primera etapa de la banda, aunque "October" adolezca del síndrome del segundo disco. "War" fue una excelente manera de crecer como compositores, con canciones firmemente instaladas en el repertorio clásico de U2. Para mí, el gran logro de Brian Eno y Daniel Lanois con "Fire" y "Tree" se concentra principalmente en dar carta blanca a The Edge, uno de esos guitarristas que no se parecen a nadie en el mundo y que consiguen que su banda no se parezca tampoco a ninguna otra, como ocurre con Tom Verlaine de Television, Robert Fripp de King Crimson, Dave Gilmour de Pink Floyd, Andy Summers de The Police, Steve Howe de Yes o Brian May de Queen. Con "Rattle And Hum" bajaron un poco el nivel, pero Berlín estaba a la vuelta de la esquina...
Con "Achtung Baby" comenzaba el período arty de U2, su particular trilogía berlinesa, y no podía comenzar mejor: "Zoo Station" se encargaba de dinamitar cuaquier parecido anterior con una banda de rock al uso. El uso de la electrónica los hacía emparentarse con unos Depeche Mode que por esa época hacían el recorrido inverso; "Even Better Than The Real Thing" dejaba claro que el potencial melódico se había ensanchado hasta límites nuevos para ellos; "One" arrebataba el alma, al menos en las cien primeras escuchas; "Until The End Of The World" se convertía en un riff clásico de guitarra y en mi tema favorito de U2; "Who´s Gonna Ride Your Wild Horses" se lo ponía difícil a los Rolling Stones; "So Cruel" mantenía el listón; "The Fly" ofrecía algunos de los mejores falsetes de la historia del Rock; "Mysterious Ways" hacía mover el culo como nunca... y así seguía el disco, hasta acabar, clásico tras clásico, gema tras gema.
Poco después editaban "Zooropa", aún más pasado de vueltas y experimental, y para muchos (y para mí) su mejor disco. Más tarde remataban su oda/crítica al plástico con "Pop", un disco excelente que se suele considerar el peor de la banda, algo que no entiendo existiendo "October", "Rattle And Hum" o el siguiente "All That You Can´t Leave Behind", que encuentro sobrevalorado pese a contener grandes temas. Entretanto U2 se convirtió en un monstruo en directo, con montajes cada vez más complicados y enormes, y Bono en un personaje (o varios) heredero del sentido teatral de Bowie, pero también desfilaban influencias de Lou Reed, The Beatles, The Doors, Roxy Music, Elvis Presley u Orbital, por citar unos pocos.
U2, como se puede apreciar en el vídeo de Sydney de la gira de Zooropa, eran un espectáculo total, novedoso y pertinente aún hoy, que celebraba la singular liturgia de los conciertos de rock con auténtica devoción y perfecta ironía a partes iguales. Un Bono enfundado en cuero absolutamente insoportable en su papel de divo (The Fly) mediático rodeado de pantallas en constante emisión caótica era infinitamente más divertido que el espiritual chico al que se le fue la olla en el Live Aid; McPhisto conseguía echarle la pata en cuanto a acidez y sobreactuación; coches alemanes usados como focos colgados del techo del escenario o el detalle de salir a tocar cuatro canciones en una pista de colores como la de "Saturday Night Fever" desde un limón gigantesco que se abre por la mitad, junto a media eme de MacDonalds del tamaño de un edificio... era algo que no se había visto antes, la verdad. Aunque todo eso casi palidece ante el último montaje que idearon, la popular "araña" que ocupaba un estadio de babor a estribor y soportaba una pantalla circular que se plegaba y ... bueno, creo que ya sabéis de lo que hablo. Casi demasiado.
Los últimos discos me parecieron mejores que su supuesta vuelta a las raíces de "All That You...": "How To Dismantle An Atomic Bomb" me pareció una excelente colección de canciones, y el criticado "No Line On The Horizon" su mejor álbum desde "Pop", si no mejor.
Pero "Achtung Baby", su disco de transformación, el disco que influyó y animó a toda una pléyade de artistas muy diversos para afrontar un deseado cambio (recuerdo el "Slang" de Deff Leppard, o el "Generation Swine", de Motley Crüe, qué desastre) permanece como uno de los discos más decisivos de los noventa, junto al "OK Computer" de Radiohead. Todo un modelo al que remitirse para reinventarse.
Yo tengo la edición Deluxe, el CD doble. Para la edición con las gafas de The Fly no me llegaba la pasta, lástima.
http://achtungbaby.u2.com/

domingo, 6 de mayo de 2012

The rise and fall and rise of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars




Lo bueno de ser fan de tipos tan consagrados como David Bowie es que, cada cierto tiempo, aunque no se prodiguen mucho (o nada) editando discos nuevos o girando, la industria sabe calmar los ánimos con artimañas tan rastreras como necesarias del tipo que nos ocupa: celebrando el 40 aniversario de su salida, se va a poner en venta una nueva edición del que quizá sea el mejor disco del Delgado Duque Blanco, "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars".
Un disco que pasó a los anales de la historia por consagrar a Bowie como el increíble artista que es, por sentar las bases de lo que sería el glam y por poner de moda cierto look andrógino que acabaría por llegar de alguna manera al punk, la nueva ola, los románticos y casi cada variante de lo que ha sido la música pop desde entonces; pero, por encima de todo, por sus canciones.
Los temas que contiene el disco son oro puro, gemas talladas con una sabiduría impropia de un niñato de 25 años de los suburbios de Londres, con una ejecución impecable por parte de una banda que merecería más crédito del que se le ha dado y una producción de Ken Scott que, siendo genial, no ha impedido que se vuelva a retocar para este nuevo lanzamiento.
La épica de su contenido, las guitarras de Mick Ronson, ese espíritu tan rockero que pronto se desvanecería a favor de unas cotas inéditas de pretensión europeizante y rupturista, arty a más no poder, junto a ese otro monstruo también salido del armario del glam intelectual llamado Brian Eno, la alucinante portada, de un fulgor irreal, y por supuesto la interpretación de Bowie haciendo añicos los límites entre la música, el teatro, la moda y-lo-que-se-te-ocurra, hicieron de este álbum una pieza esencial para entender una parte importante de la cultura popular del siglo XX.
Si bien no puedo afirmar que sea mi disco favorito de Bowie (el puesto quizá se lo llevaría "Heroes", casi otra dimensión), no puedo dejar de estremecerme cuando recuerdo esos coros de "Moonage Daydream", con ese aire casi apocalíptico, tan dramático... O "Starman", con su rollo funky... O "Five Years"...
A ahorrar, que sale en Junio.
http://www.davidbowie.com/index.php

sábado, 14 de abril de 2012

Whoegos Olímpicos 2012




Esto es la leche.
Al parecer, el comité organizador de las Olimpiadas de Londres tiene serios problemas de personal; no es que necesiten a más gente, es que la que tienen no está muy en el mundo. ¿Quién asesora a estos doctos hombres y mujeres para que no metan la pata del modo en que lo han hecho?
Después de ser rechazados por los Sex Pistols y de confirmar a los Rolling Stones para diversos actos (entre ellos el de cierre, que contará con artistas consagrados, y quizá alguno con Queen + Adam Lambert) a alguno de estos señores se le ocurrió la feliz idea de intentar contactar con el mítico batería de los Who, Keith Moon. Sin duda, toda una leyenda del rock, considerado por muchos el mejor rompeparches de la Historia (yo creo que se pasan un poquito). Supongo que la cosa consistía en dejarle marcarse un solo y ponerle un micrófono cerca, porque poco más necesitaba este hombre para montar el lío padre allá donde fuera (bueno, y alcohol, anfetaminas, algo de los Beach Boys en el camerino para animarse, en fin, lo normal).
La cosa es de lo más simpática, porque Moon lleva muerto 34 años (por ingestión de cositas). Un tipo de los que trabaja para la banda sugirió que podrían ponerse en contacto con él con una mesita y unas cuantas velitas y vasos, por lo de evitar intermediarios. También les dió su dirección, que corresponde a un crematorio muy molón.
No sé qué me preocupa más. Si comprobar que en Londres hay tanto cateto como aquí (¡estamos hablando de The Who, vale?) o pensar qué demonios han podido pensar ellos para considerar a nuestro querido Moonie un tipo afable y políticamente correcto. Yo me imagino a Keith chupándole un dedo a la Reina Isabel cuando lo del saludito... Aunque si pensamos lo de los Sex Pistols...
http://deportespe.terra.com.pe/juegos-olimpicos/londres-2012/noticias/0,,OI5718253-EI19605,00-Locog+invita+al+baterista+muerto+de+The+Who+a+la+ceremonia.html

http://blogduccion.blogspot.com.es/2012/06/who.html

miércoles, 4 de abril de 2012

Squire + Hackett = Squackett

Sí, amigos. Chris Squire y Steve Hackett juntos en un nuevo proyecto discográfico. Dos de los músicos más admirados y reputados en esto del rock progresivo uniendo -¿midiendo?- sus fuerzas en un mismo album.
Para quien no lo sepa, Chris Squire es el bajista y único miembro que ha estado en todas la formaciones de Yes, quizá la banda más quintaesencialmente progresiva de la historia. Es uno de los bajistas más influyentes, pionero en el uso de pedales para este instrumento, como wah-wahs, y especialista en memorables pasajes instrumentales en frecuencias agudas, por lo que se suele decir que es un "bajista solista", aunque esa definición sea un tanto vaga o imprecisa. Además es un buen cantante, y las nociones de canto que aprendió en el coro de la iglesia cuando era niño le han servido para entregarnos fantásticas harmonías vocales secundando, a veces agudizando aún más, la voz virginal de Jon Anderson o las más terrenales de Trevor Horn o Benoit David. También es un gran compositor
Steve Hackett, aunque lleva 35 años fuera, será siempre recordado como el guitarrista de Genesis, mi banda favorita de rock progresivo. Es un instrumentista exquisito, sobrio, elegante, imaginativo, original y muuuy británico, con un montón de discos solistas a sus espaldas. Su estancia en la banda coincidió con la mejor época del grupo, aunque, por supuesto, siempre fueron brillantes, en general, todas las fases por las que pasaron (sí, incluida la de Ray Wilson). Sí, también es un gran compositor.
¿Y qué podemos esperar de semejantes monstruos? Bueno, pues para empezar hay que ser realistas: el que crea que vamos a estar ante una obra comparable a Fish Out Of Water o temas como After The Ordeal ya puede relajarse un poco. Estamos hablando de dos músicos de más de 60 años, con muy poco o nada que demostrar a estas alturas. El hambre que les llevó a componer Onward o Camino Royale no va a ser evidentemente el mismo, y eso que estoy hablando de piezas hechas en períodos ya maduros de sus respectivas carreras. Tampoco creo que vayan a reinventarse como hicieran en su día el mismo Hackett y el otro Steve, Howe, en su proyecto GTR. Ojalá me equivoque, claro.
Pero tampoco hay que ser agoreros. El que tuvo retuvo. Si alguien piensa que va a ser música senil debería hacérselo mirar. Seguramente se trate de obras de madurez, productos magníficamente compuestos e interpretados y mejor producidos que no nos harán vibrar como un Roundabout o un Firth Of Fifth, pero que nos reportarán una agradable escucha, sin sobresaltos pero con buenos -no puede ser de otra forma tratándose de éstos dos- detalles instrumentales, ingeniosas melodías y algo de ese espíritu de los setenta que los encumbró en su día.
Ya pude escuchar hace tiempo en un concierto de Yes un tema de los que van a componer el disco: Aliens. Es una balada, muy sentimental y bastante poco original, firmada y cantada por Squire, pero ante todo muy digna y correcta. Quizá -es lo más probable- la presencia de Hackett propulse la canción hacia otro nivel, no necesariamente mejor, distinto al que ya tenía con Howe y demás, pero aunque no lo logre eso no debería turbarnos lo más mínimo. Hay que aceptar que la mejor época de los dos ya pasó, disfrutar de sus genialidades del pasado y hacerse el 28 de mayo con este nuevo juego que han dado en llamar Squackett, en busca de los pequeños matices que harán de este trabajo un complemento menor pero sin duda valioso a sus respectivas carreras.
http://www.hackettsongs.com/news/newsGeneral37.html



http://blogduccion.blogspot.com.es/2012/06/genesis.html

domingo, 1 de abril de 2012

Lucifer se alza... y se esconde




Hoy voy a insultar a uno de mis héroes: Jimmy Page.
El guitarrista de Led Zeppelin es uno de los creadores/genios/ladrones de ideas definitivos de todos los tiempos, uno de los mejores guitarras de todos los tiempos, uno de los mejores productores de todos los tiempos, y además rebosa clase, elegancia y carisma por un tubo, dentro y fuera de un escenario. De más está decir que su sitio en el olimpo de mis dioses no peligra lo más mínimo, así se desayune bebés crudos.
Pero Jimmy Page tiene un problema; o mejor dicho, tenemos un problema con Jimmy Page: es un rácano de narices para con los fans.
Alguno dirá que lo que pretende es cuidar el legado Zep, dejarlo como un todo intocable y añadir cada quince años algún nuevo recopilatorio de ésos que no aportan nada realmente nuevo, salvo unas fotos bonitas y un libreto currado, como Mothership. Pero, -me pregunto- ¿de verdad supone algún tipo de atentado publicar algo de material en directo inédito, o editar de una vez un disco que nunca llegó a salir en su momento?
Ya hace mucho tiempo que se puso a la venta How The West Was Won y aquel maravilloso DVD que resumía su carrera en directo en unas cinco horas de puro éxtasis, pero el cabrón de Page se niega a permitir que nos hagamos ilusiones con la posibilidad de ver el concierto de reunión de los tres miembros vivos con el hijo de Bonham a los parches, diciendo que eso verá la luz dentro de mucho, mucho tiempo.
¿Cuál es el problema? La actuación, según pude ver en Youtube y cuentan los que la pudieron presenciar, fue sublime, no como aquella del Live Aid que se vetó para el dvd (casi) íntegro por los problemas de voz de Robert Plant y el poco ensayo con Phil Collins. Pues nada, hay que fastidiarse...
El otro día me ilusioné como un niño, porque me enteré de que por fin se iba a publicar la banda sonora de una vieja película experimental que Jimmy musicó allá por 1973 pero que nunca llegó a usarse de forma oficial. El cineasta arty Kenneth Anger pidió a Page una banda sonora para su film Lucifer Rising, pero descontento con el resultado acabó rechazándola. Es en la red donde pude escuchar fragmentos de esta pieza unidos a las imágenes del corto. Como Anger es cualquier cosa menos un autor de éxito comercial y la banda sonora no llegó a usarse, la noticia de su publicación me hizo sonreír y buscar de inmediato una fecha para correr hacia la FNAC.
Pero Page no iba a poner las cosas fáciles. No. A no ser que te quieras gastar 195 eurazos en una de las 93 ediciones de lujo firmadas por el hacha, la solución es comprar por Internet un vinilo de 180 gramos que cuesta 32 o 42 euros, según sea edición normal u otra, con sólo 418 copias (manda cojones también, los numeritos), también firmada pero con menos "extras".
Y yo no tengo nada en contra del vinilo, de hecho es un formato que adoro, pero ¿por qué no lo pone a la venta en un sitio donde yo lo vea y lo toque y no tenga que pagar 12 euros en gastos de envío ni dejarme la vista en este trasto de mierda que casi no entiendo? Yo soy un cateto digital y no sé cómo coño se compra por Internet, y además no quiero saberlo... Bueno, aquí podéis escuchar un fragmento de cada track, por si os interesa, además de comprar el maldito disco.
http://www.jimmypage.com/shop/product/lucifer-rising-and-other-sound-tracks


http://blogduccion.blogspot.com.es/2012/06/led-zeppelin.html


viernes, 30 de marzo de 2012

Adiós a Knebworth...




Bueno, al final todo se ha ido al garete...
El concierto que Queen tenía pensado dar este verano junto a Adam Lambert en el festival Sonisphere de Knebworth se ha cancelado, al parecer por motivos presupuestarios de la organización. Todo un signo de los tiempos, vamos... A alguno la noticia le sabrá a gloria; al fin y al cabo, Lambert, aunque canta como Dios, no es más que un niñato salido de un programa de televisión parecido a Operación Triunfo, American Idol, que ni siquiera ganó. Muy pocas o nulas credenciales para codearse con dos de los miembros de la banda más grande de todos los tiempos y poder decir que ha sido cantante de Queen.
Para otros, la noticia es triste. Yo me incluyo aquí. Aunque la perspectiva de ver a Lambert interpretar algún que otro clásico me ponía enfermo, me podían las ganas de ver otra vez al bueno de Brian May emocionarse y emocionar con su guitarra casera a su público más fiel, a Roger Taylor sonreir tras su kit con esa pinta de abuelete cachondo. Y, al fin y al cabo, ¡Lambert canta como Dios! Yo no tenía ninguna posibilidad de ir a verlos en persona, pero habría estado encantado de encontrarme con una panoplia de vídeos en Youtube al día siguiente, de esos que se ven mal y se oyen peor, sobre "el concierto de anoche". Y, sobre todo, de encontrarme tras unos meses un nuevo dvd de la banda, cante quien cante. Con un repertorio que, al parecer, prometía incluir peticiones de los fans, como Stone Cold Crazy, Death On Two Legs o Dragon Attack. Yo mismo participé y pedí, además de la última, My Melancholy Blues y Pain Is So Close To Pleasure, deseoso de escuchar temas rara vez o nunca interpretados por encima de otros clásicos indiscutibles pero que ya han sido debidamente presentados y representados hasta (casi) el hastío.
Knebworth habría sido un sitio ideal, ya que fue el sitio donde Queen ofreció su último recital con Freddie Mercury, para filmarlo todo y vaciarnos los bolsillos de un modo agradable.
Menos mal que, de momento, la fecha en Moscú sigue ahí. Quizá el dvd se edite, después de todo. http://www.queenonline.com/en/news-archive/sonisphere-statement/
http://blogduccion.blogspot.com.es/2012/06/queen.html

martes, 28 de febrero de 2012

"Hello Montreal...long time no see. You wanna get crazy?"

Hola a todos. A pesar de haber resistido como un campeón durante más tiempo del que sería razonable, las circunstancias me obligan a estrenarme en esto de los blogs. Todo el que me conoce bien sabe perfectamente de mi aversión a botones más allá de play, pause o stop. Bien, esta época dorada (y ahora no me refiero al estado del bienestar) terminó. Ya es tiempo de teclear, cliquear, bloguear. Ya es hora de desnudar las obsesiones propias para el disfrute de otros. Ya es momento para juzgar y ser juzgado. El futuro me llegó (¡ay!) sin avisar en forma de Producción Periodística, Tecnología del Periodismo Gráfico, Teorías y Técnicas Audiovisuales Aplicadas al Periodismo... Un puñal, una trampa, un mero eufemismo para decirme:
-Estás viejo, y no te enteras de nada.
Puede ser que esté viejo para esto, y que sea un cateto digital, y hasta que no tenga nada interesante o nuevo que decir. Pero tengo algo en lo que no me gana nadie.
Tengo un profundo amor por el Rock.
Sí, ya, lo sé. No es algo demasiado original. Pero es un comienzo. Como cualquier otro. Cuando me sienta más cómodo con este trasto (¡uff!) lo llenaré de otras cosas. Qué cosas, es algo que aún está por ver...
Hasta entonces, lo llenaré de Rock. Del bueno (o del que me gusta a mí). Y mientras tanto, como decía el buen señor Bulsara: "Cuanto más grande, mejor". Entiendan lo que les dé la gana...